José María Velasco, máximo exponente del paisajismo mexicano

El Cerro de Guadalupe, el Valle de México, la Barranca del Muerto, San Ángel, la Alameda y la cañada de Metlac, son lugares que inspiraron a José María Velasco para enriquecer su obra paisajista de los siglos XIX y XX, y en la que comparte sus conocimientos de arquitectura, antropología, botánica, geología y paleontología.

A 180 años de su natalicio, la obra pictórica de José María Velasco (1840-1912) es recordada por hacer del paisajismo un lugar de celebración de la riqueza natural de México, a la cual supo incorporar, de manera visionaria, imágenes del proceso transformador de las zonas urbanas y rurales del país constituyéndola en patrimonio y símbolo de identidad nacional.

A José María Velasco y Gómez-Obregón, originario de Temascalcingo, Estado de México, donde nació el 6 de julio de 1840, se le reconoce como el mayor exponente del paisajismo mexicano del siglo XIX.   

En su formación artística destaca su ingreso a la Academia de Bellas Artes de San Carlos, en la cual fue alumno de Santiago Rebull, Pelegrín Clavé, Manuel Carpio y del italiano Eugenio Landesio. A los 18 años ingresó como profesor de Perspectiva en la Escuela Nacional de Bellas Artes y cuatro años después ya era titular de la clase de Paisaje. Además fue inspector de Dibujo y Escultura en la Escuela Nacional de Bellas Artes (1910).

Se estima que durante 44 años creó cerca de 300 pinturas al óleo, así como acuarelas, litografías y pinturas en miniatura, obra en la que destacan sus paisajes del Valle de México y con la que logró que la pintura mexicana alcanzara reconocimiento internacional.

Entre los reconocimientos que obtuvo destacan: Medalla de Oro de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes (1874 y 1876); medalla en la Exposición Internacional de Filadelfia (1876), primer premio de la Academia Nacional de México (1878), la medalla de la Exposición Universal de París (1889), la Medalla de Oro del Centenario de Colón (Madrid, 1893) y la medalla de la Exposición de Bellas Artes de Puebla (1900).

Sin embargo, el legado del artista no se limita al género del paisaje, también comprende las ciencias naturales y sociales. Velasco tuvo inclinación por materias como arquitectura, antropología, botánica, geología y paleontología, además de crear una serie de estampas sobre la evolución de la flora y fauna terrestre y marina, que convirtió en fuente de estudio de la ciencia en México, por lo que en 1881 fue nombrado presidente de la Sociedad Mexicana de Historia Natural.

Cabe señalar que el Diario Oficial de 8 de enero de 1943 decreta Monumentos históricos toda clase de obras plásticas de José María Velasco, debido al excepcional valor artístico que la Comisión de Monumentos del INAH otorga a la obra pictórica del pintor mexiquense.