‘Xantil’ esculturas de barro de la región de Oaxaca,
Los xantiles son propios de la mixteca baja, región que comprende el noroeste de Oaxaca y el área popoloca del sureste de Puebla.
Son esculturas de barro modelado y moldeado que siempre representan a personajes sedentes con las extremidades inferiores flexionadas y los brazos apoyados sobre las rodillas.
Aunque existen diversas interpretaciones del origen de la palabra xantil, la versión más aceptada se relaciona con el término santo.
Estas esculturas policromas son, en su mayoría, deidades masculinas que pueden identificarse por los atavíos que portan como penachos, tocados o yelmos de picos de ave; lucen orejeras circulares, narigueras de barra, pectorales y pulseras, y van calzados con sandalias.
Este xantil es la imagen del dios del verano, las flores, el canto, la música, la danza y el amor, llamado en mixteco Toho Ita, “Señor de las flores”, e identificado por el yelmo de faisán del que emerge su rostro y por la banda frontal que luce una flor con representaciones de turquesa, piedra que simboliza el agua fecundante.
En fecha reciente se recuperaron xantiles en el Altar de los cráneos de la zona arqueológica Tehuacán Viejo, siendo más común hallarlos en las esquinas o bajo los pisos de las habitaciones de las casas.
Este acto permite inferir que las esculturas fueron enterradas de manera intencional para ocultarlas de los evangelizadores, quienes las buscaban afanosamente para destruirlas.
Pese a los esfuerzos de los clérigos españoles, los antiguos pobladores mantuvieron vivas sus creencias.
Hoy en día la tradición de adorar a los xantiles pervive en las zonas popoloca de Tehuacán, Puebla, y en los alrededores de Teotitlán del Camino, Oaxaca.
Las deidades aún se consideran protectoras y benefactoras de la familia, e incluso se les piden favores y se les ofrendan flores y veladoras.