La vacuna de Oxford, genera respuesta inmune fuerte en personas mayores

Ciudad de México.

El pasado mes de agosto, el Gobierno mexicano, Argentina y Fundación Slim informaron sobre un acuerdo para la producción y distribución de esta vacuna en América Latina, excepto Brasil, país que ya cuenta con un trato respecto a este mismo fármaco. Y apenas hace un par de semanas, México precompró 77.4 millones de dosis de la futura vacuna de AstraZeneca.

La vacuna contra la COVID que desarrolla la Universidad de Oxford, en colaboración con la farmacéutica AstraZeneca, genera una fuerte respuesta inmune entre los ancianos, el grupo más vulnerable.

Los ensayos clínicos de esa vacuna están en la fase 3, la última antes de conocer con exactitud si es segura y si permite proteger a la población de la enfermedad, tras lo cual necesitará el visto bueno de los reguladores antes de procederse a una vacunación masiva.

Se pudo saber que la vacuna genera entre las personas mayores anticuerpos y las llamadas células T (cuyo principal propósito es identificar y matar patógenos invasores o células infectadas).

La edad es el principal factor de riesgo de la COVID-19 dado que el sistema inmunológico se debilita con el tiempo, por lo que este grupo es el que más necesitará protección contra el coronavirus.

Los resultados de las primeras pruebas clínicas de la vacuna de Oxford, publicados el pasado julio, ya indicaban que genera anticuerpos y las células T.

“Si tienen datos que muestran que la vacuna genera una buena inmunidad, medida en el laboratorio, en el grupo de más de 55 años, y que incluye una buena respuesta en gente que es mucho mayor, creo que es una señal prometedora”, señaló al diario Jonathan Ball, profesor de virología.

En agosto, la Unión Europea (UE) cerró con AstraZeneca un primer contrato que le garantiza acceso a 300 millones de dosis, pacto que se rubricó en nombre de los estados miembros y las dosis se distribuirán en función de la población de cada país.

Además del contrato de la UE con AstraZeneca, los gobiernos de Argentina y México, así como la fundación mexicana Slim, llegaron a un acuerdo con la farmacéutica y Oxford para fabricar la vacuna destinada a sus países y distribuirla después al resto de América Latina, excepto Brasil.