El abandonado, el resentido y el apapachado

Por: Gabriel Contreras Velázquez

En estos momentos, la elección interna de Morena corre por dos grandes rutas. Por un lado, la continuación de las asambleas distritales alrededor del país, con violencia, padrones irregulares e influencia de grupos de poder (lícitos e ilícitos) en sus cotos territoriales.

Por otro, aunque en paralelo, se abre la etapa de judicialización de los comicios. Debido a la brevedad de tiempo con el que cuenta la Comisión Nacional de Honor y Justicia para desahogar sus procesos internos, distintas impugnaciones caerían, por desistimiento, a la revisión directa en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Los elementos técnicos que evaluarían los magistrados tendrían que ver con la convocatoria para la renovación de las dirigencias locales y nacional, y el desarrollo de las votaciones con más de un padrón de afiliados, ninguno de los cuales terminó de ser compulsados por el INE en este 2019.

Esa es la litis que resolvería la autoridad jurisdiccional. Y de forma secundaria algunas irregularidades del proceso que, sin pruebas definitivas, no procederán en contra. Sólo un acotamiento une ambos caminos: el desistimiento de la elección ya sea para esperar a cotejar un solo padrón, o bien para dar paso a las encuestas.

Cualquier especulación -que no análisis- alrededor de ese trazado, nos llevaría a escenarios dispersos, con un piso de realidad muy pobre. Sin esos elementos, se juega a hacer “política” a palos de ciego. Y es el caso de la supuesta confusión que existe en la elección distrital en Fresnillo.

En Agenda Política dimos a conocer un video donde el eventual consejero electo en aquella circunscripción, Enrique Laviada Cirerol, acompañado de Luis Enrique Monreal, cónyuge de la delegada Verónica Díaz Robles, “delata” a Saúl Monreal Ávila de abrirle las puertas de Morena.

El video fluye apenas unas horas después de que Verónica Díaz, como balde de agua helada, mira descender de la camioneta presidencial a Saúl, el enemigo de las aspiraciones de David Monreal. No fue el mejor día para la delegada que además recibió un trato seco de parte de Andrés Manuel López Obrador.

“El Cachorro” contestó la llamada presidencial mientras se trasladaba a la capital zacatecana a desahogar asuntos de agenda. La invitación era a incorporarse en la caravana de Andrés Manuel.

En el primer retorno su camioneta apretó el paso para llegar apenas cuatro minutos tarde a la localidad de Los Hernández, en San Luis Potosí, donde encontraría a López Obrador.

Saúl compartió el traslado con el secretario de los Servicios de Salud de Zacatecas, Gilberto Breña Cantú, un día después de su glosa en el vestíbulo del Congreso del Estado. Andrés Manuel, con la misma fluidez con la que responde en las mañaneras a los cuestionamientos de la situación en la minera Peñasquito (sin guion de apoyo y enterado de cuanto ocurre en el estado), platicó con ambos funcionarios.

Habían transcurrido dos años desde la última vez que Saúl Monreal habló frente a frente con el tabasqueño. En aquél entonces se buscaba la definición de la candidatura al senado entre José Luis Medina Lizalde, José Narro Céspedes, y “El Cachorro”.

En el inter, ni la comunicación, ni los eventos compartidos. Aislamiento con el hermano menor de Ricardo y David, y una visita presidencial a Fresnillo programada para los primeros de septiembre y que canceló López Obrador días antes.

Sin embargo, el trato frío concluyó este martes. Quedó atrás el resentimiento del presidente porque Saúl abandonó a Morena cuando Ricardo luchó contra los resultados de la encuesta que llevaron a Claudia Sheinbaum a la candidatura, y posteriormente, al gobierno de la Ciudad de México. Menuda señal para el alcalde de Fresnillo, pues ahora Andrés Manuel le ofrecería todo el apoyo para su municipio.

La indicación del presidente para el alcalde fue simple pero contundente: “trabaja”. Las palabras de Ricardo Monreal resonaron en los oídos del hermano menor: “no te distraigas, trabaja”. Así, el camino quedó libre, y con plena responsabilidad de cada decisión que tome Saúl en adelante. La suerte de David debe advertirle que en política lo que no se cuida, se regala.

Después de dos años, Saúl Monreal vuelve a encontrase frente a frente con López Obrador.

Si Laviada quiso estorbar las aspiraciones de un candidato en potencia se equivocó de tiempo y de formas (aunque siempre ha sido muy disperso en los métodos). Saúl no tenía nada que perder, ni nada qué jugar en la elección de Morena. “El Cachorro” únicamente recibió instrucciones: dejad hacer, dejad pasar.

Saúl tampoco tenía, por sí mismo, candidato en la contienda interna del partido. Pero se consiguió al mejor publicista posible gracias a una añeja gresca que permanece en el hígado del director de NTR Zacatecas. Desde aquella foto de la supuesta “unidad”, Saúl resonó en el estado.

Al intentar echarlo de cabeza, Laviada confirmó que en el territorio de Saúl el presidente municipal tiene el poder, nadie más. Aunque, para ser una supuesta filtración de Enrique, el equipo al que festejó aquel lunes hoy se encuentra bajo amenazas de represalia y en plena ruptura.

Un eventual consejero de Morena que en un par de días intimidó al equipo que lo encumbró, que al pretender venganza consolidó la figura de Saúl -de paso ofreció más pruebas para fortalecer su derrota en tribunales-, y que terminó de confirmar las sospechas de que jugaba del lado de David y Verónica Díaz… eso es lo que significa Enrique Laviada hoy.

¿Y David? El Coordinador Nacional de Ganadería vive el silencio que Saúl tuvo que soportar los últimos dos años. Una mención indiferente a menos de 50 vaquillas entregadas en Pinos, sin la presencia del funcionario federal. La señal definitiva: un aspirante sin dinero para fortalecer su candidatura a un año de la elección… eso es lo que significa David hoy.