Remedios Varo, la pintora surrealista
María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga, nació en Angles, Gerona, España un 16 de diciembre de 1908 y murió en la Ciudad de México, 8 de octubre de 1963.
Mejor conocida como Remedios Varo, fue una pintora surrealista, escritora y artista gráfica española, exiliada política en México y naturalizada mexicana.
Fue una de las primeras mujeres que estudiaron en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.
En 1932 se estableció en Barcelona, donde trabajó como diseñadora publicitaria, sumándose al grupo surrealista catalán Logicofobista.
En 1937 viajó a París junto al poeta surrealista francés Benjamin Péret y en 1941, con la llegada de los nazis a la capital francesa, se exilió a México. Nunca regresó a España.
La obra de Varo evoca un mundo surgido de su imaginación donde se mezcla lo científico,
Remedios Varo está considerada una artista de la alquimia dedicada a hacer revivir mundos que en su pintura surgen de los cuentos de hadas del inconsciente.
Destaca en la recuperación de su memoria la periodista cultural e investigadora española Mercè Ibartz.
La obra de la pintora es vasta y compleja con un estilo característico y fácilmente reconocible.
En su obra aparecen con frecuencia figuras humanas estilizadas realizando tareas simbólicas, en las cuales se tienen a la vez elementos oníricos y arquetípicos.
Su obra completa está teñida de una atmósfera de misticismo, plasmado en las figuras representativas del mundo secular moderno.
Su pintura está puntualizada por un marcado interés por la iconografía científica, por ello años después las obras de la pintora han sido retomadas cada vez con más frecuencia en la literatura de divulgación.
Sus lienzos están realizados con la minuciosidad de un orfebre y reflejan la unidad cósmica y las interconexiones entre diferentes planos de la realidad: la materia y el espíritu, el mundo animal, el humano y el vegetal.
Remedios Varo es de las primeras mujeres artistas en introducir y popularizar su trabajo en México, gracias a sus relaciones personales con otras artistas que radicaban allí, como la pintora británica Leonora Carrington, con quien conservó una buena amistad, y otros miembros de la élite artística e intelectual mexicana de mediados del siglo XX.
Sus cuadros, muchos de los cuales están conservados en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México, han sido expuestos en numerosas ocasiones como exposiciones temporales.