Janucá, la fiesta de las luces

Ciudad de México.- El ritual establecido para la celebración indica que, al iniciarse el día hebreo, es decir a la noche, debe prenderse el primer día una vela o luminaria, el segundo día dos, y así sucesivamente hasta llegar a las ocho velas o luminarias, añadiéndose en la oración de Shajarit de la mañana, el Halel completo, una oración de alabanza integrada por una serie de salmos del rey David, incluyendo las bendiciones anteriores y las que se encuentran a su término.

En la oración denominada Amidá, que se pronuncia en la noche, en la mañana y en la tarde de estos ocho días, se agrega un texto especial: Veal Hanisim, una declaración de agradecimiento por los milagros ocurridos en Janucá, en la sección de Avodá, que también está dedicada a expresar sentimientos de gratitud similares.

Al ser los días de Janucá festivos, no se recita la oración Tajanún después de la Amidá de Shajarit y de Minjá.

Lectura de la Torá

Durante los ocho días de la festividad se leen textos específicos del Libro de Números, donde se relata cómo los dignatarios de Israel, que eran los jefes de las tribus, ofrecieron sus sacrificios inaugurales del Tabernáculo y el primer encendido de la Menorá por parte de Aarón.

El texto está dividido en 8 secciones, y los días de semana suben 3 personas a la Torá; en Shabat el texto correspondiente a ese día se lee como Maftir y en los días de Rosh Jodesh Tevet se lee primero la sección de Rosh Jodesh y luego la correspondiente a Janucá, subiendo a la Torá 4 personas.

Trabajos en Janucá

En Janucá se puede trabajar normalmente como en el resto de los días hábiles. Se acostumbra que las mujeres no realicen labor alguna luego de la primera media hora del encendido de la Janukiá (candelabro especial de esta festividad).

 Costumbres de Janucá

Aumentar la Tzedaká y jugar, especialmente los niños, con el Dreidl o Sevivon, especie de perinola confeccionada para la festividad.

De acuerdo a la tradición, como los griegos habían prohibido el estudio de la Torá, los miembros del pueblo de Israel los desobedecieron, pero cuando se acercaban los helenistas, escondían los textos y jugaban con un Dreidl.