El disparate de los comisionados
Gabriel Contreras Velázquez
¿Qué interés guardan los comisionados del IZAI para declarar un frente de guerra mediática con la Secretaría General de Gobierno? Una trinchera, curiosamente, llena de inconsistencias. De acuerdo con la postura que hiciera pública el presidente del Instituto de Transparencia, Samuel Montoya Álvarez el pasado jueves 25 de abril en sesión pública, en manos de aquella dependencia se “detuvo” la nueva integración del pleno en el órgano garante.
El extrañamiento del comisionado presidente -difundido en un boletín- carecía completamente de fundamento. Sus asesores jurídicos pasaron por alto la Ley Orgánica de la Administración Pública del Estado de Zacatecas, donde explícitamente se delega como atribución de la Coordinación General Jurídica del Gobierno del Estado: “Revisar y autorizar las iniciativas, decretos, nombramientos, acuerdos, convenios, reglamentos, resoluciones y demás instrumentos de carácter jurídico que se someterán a firma del Gobernador”.
Tampoco hicieron caso del Reglamento Interior de la Jefatura de Oficina del Gobernador, antes de dejar en ridículo al titular del Instituto. En el artículo 6 de este ordenamiento, de las funciones de la Jefatura, se establece con toda lucidez el particular, pues depende únicamente de la Jefatura y no de la Secretaría General: “Establecer las formas y criterios a seguir para la presentación de los documentos que deberá rubricar el Gobernador”.
¿A la Secretaría General de Gobierno le compete “firmar… los informes y escritos que deban presentarse ante los Tribunales Federales y Locales, así como otras dependencias que lo requieran”? Sí, únicamente en los casos de ausencia del Gobernador, situación que no es el particular de Zacatecas; además, el IZAI no es una “dependencia” del Gobierno del Estado.
¿Por qué entonces el interés, de los tres comisionados, de dirigir su lucha política (porque administrativa no lo es) en contra de una Secretaría que no tiene relación alguna con la objeción o no de los nombramientos en el pleno? ¿Acaso Fabiola Gilda Torres Rodríguez desconocía el procedimiento por el cual fue designado el mismo Samuel Montoya Álvarez cuando ella estuvo al frente de la General de Gobierno?
¿Si no lo desconocía, por qué permitió el llamado de sus colegas, que rompe con los principios de certeza, legalidad, objetividad y profesionalismo que se supone deben guardar? ¿Por qué ahora sí pronunciarse contra el Ejecutivo (cuando no son la instancia para exhortar, sino la Legislatura) y no antes, desde que Norma Julieta del Río Venegas fue propuesta -después de mucha insistencia- por Miguel Alejandro Alonso Reyes para ocupar una vacante en el IZAI? ¿Qué motiva el pleito contra una Secretaría en particular? ¿Fabiola honra el cargo que dejó al permitir este juego de desgaste ahora como comisionada?
Si bien la iniciativa que presentó la diputada Susana Rodríguez Márquez para modificar el artículo 123 y derogar el 124 de la Ley de Transparencia del Estado de Zacatecas (con la mano evidente del órgano garante) busca evitar que los nombramientos de la Legislatura no sean objetables por el Ejecutivo, dependía únicamente del gobernador Alejandro Tello Cristerna realizar tal objeción al nombramiento de su ex secretaria de Gobierno, ahora como comisionada del IZAI. Tal escenario carecía de sustento y lógica, y era más bien motivado por alguna paranoia o capricho particular.
Tanto así que en la columna Triple Erre de Francisco Gabriel Reynoso Torres, corrió la versión de que la Secretaría General de Gobierno buscaba obstaculizar el nombramiento ya alcanzado por el consenso de las bancadas de la LXIII Legislatura donde, además, los acuerdos entre el secretario General de Gobierno, Jehú Eduí Salas Dávila, y el coordinador de los diputados de Morena, Jesús Padilla Estrada, empujaron los votos para que Fabiola finalmente fuera designada comisionada.
La misma información luego fue replicada ese miércoles 24 de abril por Francisco Elizondo Viramontes en el noticiero matutino “A Tiempo” de Radio Zacatecas, con un elemento peculiar que evidenció la estrategia del IZAI: al presentar la información, el locutor dio paso a un agradecimiento a la comisionada y “amiga” Norma Julieta del Río Venegas por el pastel de aniversario que envió a Radio Zacatecas. De la pastelería, por cierto, de una funcionaria del IZAI; negocio redondo.
Acto seguido, Elizondo Viramontes reproduce la columna de Reynoso: “que por cierto no ha podido tomar posesión quien sabe por qué motivos, se dice qué hay alguien interesado en bloquear justamente la legada formal y el arribo a las instalaciones digámoslo de alguna manera, para que toma de forma formal la conducción como comisionada Fabiola Torres… hay que decir qué hay voces que dices que desde la secretaría general está impidiendo que se cumpla el trámite para que Fabiola se instale”.
Sin investigación previa, o por mera consigna, ambos comunicadores sirvieron de móvil para el despliegue mediático que idearon en el IZAI con la finalidad de llevar al campo de guerra, con calumnias e inconsistencias, una decisión que competía únicamente al Poder Ejecutivo. Puntual, en contra de todo lo que tenga que ver con la Secretaría General, el ex secretario de Medio Ambiente ahora metido de restaurantero y empresario de medios de comunicación, Víctor Carlos Armas Zagoya, hizo lujo de la ignorancia que le caracteriza en materia de administración pública (con todo y doctorado) al subirse a la consigna del Instituto.
No obstante, Alejandro Tello se encontraba dentro del plazo que marca la norma para rubricar el documento, enviarlo al Instituto y de esta forma Fabiola Torres pudiera ahora sí cobrar su quincena como comisionada -dato que corrió también en la columna Triple Erre. Ciertamente, fue la ausencia de una respuesta inmediata y eficaz de parte de la Secretaría General en ambos espacios, la que permitió que los fuegos artificiales del IZAI tomaran apariencia de realidad.
#Casualidades: Y después de seis meses, la queja que promovió el ala de los Históricos en Morena Zacatecas, surte efectos en la Comisión de Honor y Justicia de su partido para imponer un procedimiento disciplinario en contra de David Monreal Ávila y su equipo electoral.
Un poco tarde, pero paradójicamente la lucha entre Yeidckol Polevnsky y Ricardo Monreal dio paso al empoderamiento de los contras del clan fresnillense en Zacatecas. Por ende, el conflicto partidista se circunscribe a una situación nacional.
En esos términos se puede hablar de justicia intrapartidista en Morena. A conveniencia del reloj político, y no cuando las irregularidades ameritaban el arbitraje real, no político, de la balanza de fuerzas entre la militancia zacatecana.
Cualquier resultado de la investigación que lleve a cabo dicha Comisión no podrá desentenderse se la coyuntura política, en donde la presidencia nacional y la dirigencia estatal del partido están en juego y la correlación de fuerzas motiva el uso, finalmente, de los estatutos del partido.
Donde el pleito llegó a mejores términos en el estado vecino de Aguascalientes. Ahí, el senador José Narro Céspedes, en funciones de delegado político de Morena, alcanzó ya un acuerdo con el Grupo Zacatecas, encabezado por David Monreal.
Además de rubricar sus listas de candidaturas el senador también apoyará a su candidato a la capital hidrocálida, el empresario de insumos de seguridad, Francisco Arturo Federico Ávila Anaya, ¿a cambio de candidaturas en la elección local del 2021? Ya se verá.
Twitter: @GabrielConV