El difícil paso de los migrantes por Zacatecas, Investigación especial

Por: Jesús de Ávila

Zacatecas, Zac.- En Zacatecas se vive entre migrantes. No solo somos uno de los estados con uno de los índices migratorios más altos del país —al 2010, nuestro porcentaje de población emigrante a EE.UU. era de 4.8; la media nacional era de 1.6—, sino que también pasan por aquí miles de mexicanos y centroamericanos que buscan cruzar la frontera norte.

Según datos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, a la fecha se han detenido a 169 personas migrantes provenientes de países como El Salvador, Honduras y Guatemala. Muchos de ellos son menores de edad que han salido de sus casas en busca de una oportunidad en la unión americana.

El actual fenómeno de migración ilegal es motivado por la escasez de recursos y mala calidad de vida que muchas veces ofrecen los países en vías de desarrollo. No obstante, la migración humana no es nueva: ha estado presente en toda la historia natural del hombre como parte de su instinto de supervivencia, manifiesto desde los nómadas que se movían por todo el mundo en busca de recursos para sobrevivir.

Con el surgimiento de las naciones, los migrantes han tenido que pasar por ciertos filtros, entre ellos la posesión de documentos que les permitan entrar y establecerse en el país destino y con los que muchas veces no cuentan quienes abandonan su terruño con la esperanza de encontrar una mejor vida en otro lado. Sin embargo, eso no los detiene, por lo que terminan por convertirse en residentes ilegales o indocumentados de otra nación.

En octubre del 2018, una caravana migrante proveniente de Centroamérica entró a México por la frontera sur con Chiapas. A pesar de que algunos llegaron por el puente migratorio que cruza el Río Suchiate, otros más cruzaron ilegalmente el río, arriesgando su vida y la de sus acompañantes.

Fue un fenómeno que no se había vivido en México. Según la Secretaría de Gobernación, a través del Instituto Nacional de Migración, durante la primera caravana entraron al país más de 5 mil migrantes, y durante los últimos meses se han recibido hasta mil personas al día.

Átomos News se acercó a los migrantes que van de paso por Zacatecas para conocer más sobre su situación, aunque fue muy difícil encontrarlos y obtener una entrevista con ellos, ya que muchos se negaron o exigían un pago por ello.

Accedieron a dar su testimonio Ramiro y Ottoniel, dos migrantes que llevaban en Zacatecas casi tres días. Los habían traído en una camioneta desde Veracruz; nos dijeron que pudieron evitar los retenes o pasar por “pura suerte” los obstáculos que se encuentran en las carreteras.

Ramiro, de 26 años, es originario del sur de Veracruz y asegura que la vida siempre ha sido “canija” con él, por lo que espera encontrar una mejor oportunidad en los campos estadounidenses. Ottoniel, de apenas 20 años, es de origen guatemalteco y afirma haber ingresado al país desde hace dos semanas. Dice que no fue fácil cruzar, que cada vez es más difícil por las políticas migratorias de México. Asegura que él tuvo suerte, pues en su camino ha encontrado gente que lo ha apoyado.

Se conocieron en un refugio migratorio en donde daban apoyo a los pocos migrantes que podían pasar la frontera. Ellos emprendieron camino desde hace una semana, pero, como a muchos, se les ha complicado llegar hasta Estados Unidos. Pretenden que su estancia en Zacatecas sea breve, pues ellos deben continuar y llegar al “sueño americano”.

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“Mire, pues está peor andar aquí que allá. Allá yo tengo un familiar que trabaja en el campo, dice que gana bien; yo voy con él, ya me está esperando” dijo Ramiro, que se veía cansado y molesto.

“Allá en Guatemala ya no se puede vivir, hay gente a la que le va bien, pero para los que somos pobres está difícil salir de acá” afirmó Ottoniel, que se mantuvo más callado.

Los dos jóvenes dieron la entrevista no sin antes preguntarnos si éramos del INM o policías. No confían en nadie, y tienen razón de hacerlo. “Usted que trabaja en los periódicos o la tele ha de saber cómo está la cosa. Nada más que nos dejen llegar, y de ahí nos la arreglamos nosotros” dijo Ramiro.

Ottoniel solo asentía a lo que decía su compañero, la preocupación se le notaba: a él lo podían detener y repatriar a Guatemala, con lo que acabaría su sueño. So acompañante continuaría sin él, pero aún con probabilidades de llegar a la frontera norte con Estados Unidos.

Ramiro tiene esposa y dos hijos, pero no quiso especificar de que parte de Veracruz venía exactamente. Ottoniel es de una comunidad cercana a Quetzaltenango, a unas horas de la frontera con México. Afirma tener familia, aunque se rehusó a dar más información.

“Si nos agarran, ya ni modo, pero hay que intentarlo” dijo Ottoniel antes de continuar con su camino al terminó de la entrevista. Siguieron su sueño, pero quizás no lo logren. Desde el acuerdo que alcanzaron los gobiernos de México y Estados Unidos, los migrantes afirmaron que es más difícil estar en este país y que cada vez disminuyen más las posibilidades de llegar al otro lado.