Apuestas por la austeridad y no por préstamos internacionales
México.- La negativa para tomar créditos de instancias internacionales o emprender una reforma fiscal, ha metido al Ejecutivo en una camisa de fuerza para financiar esas medidas. Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha apostado por extender programas ya existentes, entre ellos la ampliación de microcréditos para dos millones de medianas y pequeñas empresas y de los apoyos a agricultores.
Por descarte, las autoridades han emprendido una cuestionada senda de austeridad y recortes que la mayoría de expertos consideran insuficiente para enfrentar la crisis.
AMLO descartó el uso de una línea de crédito por 61.000 millones de dólares que el país tiene disponibles con el Fondo Monetarios Internacional (FMI). Días antes, el mandatario ordenó la extinción de todos los fideicomisos públicos sin estructura orgánica. El decreto puso en la mira a 338 instrumentos que concentran más de 740.572 millones de pesos (31.151 millones de dólares), una octava parte del presupuesto federal para 2020. Sin embargo, el volumen de recursos susceptibles de acabar en las arcas del Gobierno puede ser menor; alrededor de 180.000 millones de pesos, unos 7.570 millones de dólares que suponen el 0.6% del PIB, según estiman los expertos.
Para el economista Carlos Brown, lo recaudado por esa vía puede servir para una “respuesta inmediata”, pero será insuficiente “si se aplana la curva de contagio y la suspensión de la actividad económica se extiende por más tiempo”. Más allá de su suficiencia o no para atender una crisis sanitaria en ascenso en México— el país suma 686 muertes y 8.261 casos positivos—, parte de que estos recursos han resultado vitales para cubrir programas de ciencia, cultura y educación en el país.
Uno de los puntos más sensibles se cierne sobre los 99 fideicomisos que administra el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y que reúnen unos 22.000 millones de pesos, (920 millones de dólares). El gremio científico teme que al menos un 50% de este monto sea reintegrado a la Tesorería para atender la pandemia, en detrimento de los centros de investigación. “El efecto primordial sería una reducción progresiva de la capacidad de hacer investigación por falta de recursos”, señala el investigador del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM, David Romero.
Fuente: El País.