A 66 años del Voto Femenino

Ciudad de México.- Tras una larga lucha social por el reconocimiento al sufragio universal, el voto femenino en México se hizo efectivo en las elecciones de 1953, a pesar de fuerte oposición por parte de los sectores conservadores, que se amparaban en la constitución de 1917, emanada de la Revolución.

En el proceso histórico en que derivó la lucha femenina, se pone en evidencia la utilización de argumentos machistas y misóginos, que aparecieron con la pretensión de cerrar el paso a esta importante conquista social y democrática.

El derecho al voto de la mujer comenzó a fraguarse durante la Revolución, en 1915, y culminaría en 1953, en que se aplicaron las reformas necesarias para que el sufragio femenino ocupe un espacio en la realidad política de la democracia mexicana.

Entre los antecedentes más importantes se encuentra la presencia de Elvia Carrillo, como la primera mujer electa diputada en 1922, así como la iniciativa propuesta por Lázaro Cárdenas en 1937 para reformar la constitución en lo referente a la universalización del sufragio.

Fue durante el gobierno de Miguel Alemán que se permitió votar a la mujer por primera vez. A pesar de solamente tratarse de elecciones municipales, fue este un hito histórico en la lucha femenina por el derecho al voto.

Durante el sexenio de Alfonso Ruiz Cortines, no obstante, se aplicaron los proyectos de reforma concernientes al voto de la mujer, que desde entonces fue considerada como ciudadana apta para participar de los procesos democráticos.

A 64 años de esta histórica victoria en materia de derechos, las mujeres aún luchan por espacios de expresión y representación política, si bien es cierto que México mantiene todavía una mentalidad machista y patriarcal con respecto a los derechos de la mujer.

Hoy el feminismo constituye una de las aristas más importantes de la lucha social. En la agenda se mantienen postulados que aún no han logrado ser cambiados, como la equidad y la violencia de género, el derecho a la representación, además de nuevas adiciones como la potestad de decidir sobre el propio cuerpo, sobre todo en términos del derecho al aborto.

Con información de: Milenio