El Presidente y Alfaro liman asperezas
El presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador Enrique Alfaro acordaron ayer en Zapopan, Jalisco, trabajar de forma coordinada por encima de sus diferencias políticas. El mandatario estatal expresó al Ejecutivo federal su respeto y aprecio y le ofreció con entereza y humildad la responsabilidad de corregir lo que haya hecho mal. No somos enemigos, subrayó, y se comprometió a no regatear apoyo, por el bien de México, a partir de una relación de respeto y fraternidad.
López Obrador aseguró que las autoridades están obligadas a hacer a un lado las banderías partidistas y reiteró al gobernador que no está solo, cuenta con el apoyo del gobierno federal ante amenazas que ha recibido del cártel Jalisco Nueva Generación. También insistió que en el combate a la inseguridad no va a transar con la delincuencia.
El mandatario federal se comprometió a revisar el pacto fiscal para alcanzar un nuevo esquema ante la demanda legítima de gobiernos estatales y municipales. Aunque resaltó que ha crecido la transferencia de recursos de la Federación y no se les debe nada, pidió considerar que en el gobierno federal como en los estatales se está enfrentando una situación delicada, porque se heredó una gran deuda.
En la inauguración de un cuartel más de la Guardia Nacional, destacó que para resolver el problema de la inseguridad y la violencia se usará más inteligencia que fuerza. No vamos a dejarnos intimidar y nos vamos a proteger mutuamente. Se va a seguir respaldando a los gobiernos municipales y estatales, dijo. Con Alfaro estamos juntos para enfrentar el desafío de la delincuencia.
El gobernador –quien había amenazado con salirse del pacto fiscal y ha cuestionado la negativa del gobierno federal a aplicar pruebas rápidas para detección temprana del Covid-19– no escatimó halagos para López Obrador y reconoció el trabajo de los secretarios de la Defensa Nacional, general Luis Crescencio Sandoval; de Marina, almirante Rafael Ojeda, y de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, en la lucha contra la delincuencia.
Por la mañana, en instalaciones del Colegio del Aire en la Base Aérea Militar Número 5, Alfaro sostuvo que el Presidente siempre ha sido un hombre de bien que no haría algo para lastimar a Jalisco, tras recordarle que señaló al mandatario de la República cuando expresó que desde los sótanos del poder en la Ciudad de México se construyeron los hechos de violencia en la manifestación del 4 de junio en Guadalajara por el asesinato de Giovanni López.
Indicó que entregaría la evidencia sobre la percepción que tenemos de intervención de algunos actores (en las protestas) y cuestionó a quienes aún quieren seguir echándole leña al fuego, pero no le voy a entrar. Aseguró que ambos pueden distinguir la diferencia entre congruencia y bravuconería al plantearle su voluntad de rehacer su relación, porque hoy más que nunca, Jalisco necesita de su Presidente.
El gobernador –quien sudó profusamente en la conferencia–, de corazón, afirmó que ayudará a López Obrador en el proceso de transformación nacional, porque coincidimos en la necesidad de desmantelar el viejo régimen y de reconstruir al país desde sus cimientos.
Propuso elaborar una estrategia que permita a cada región aprovechar el nuevo entendimiento que usted, con inteligencia, ha construido con nuestros principales socios comerciales (Estados Unidos y Canadá). Se comprometió a dejar finanzas sanas tras las millonarias deudas contraídas e informó que la línea 3 del tren ligero de Guadalajara estará en operaciones el 1º de septiembre.