“Los mismos derechos para todas las personas”.

¿Alguna vez ustedes han estado tan enamorados que de manera arrebatada se casarían? En este tipo de sueños arrebatados parecieran no existir los límites. Desafortunadamente para las personas homosexuales sí existen esos límites; una acción arrebatada como esta no podrían consumarla en todo el territorio nacional, pero, ¿por qué?  

Desafortunadamente la legislación nacional ha seguido una tradición rebasada para poder entender el matrimonio como la unión “del hombre y la mujer con el objetivo de procrear”. Con ello dejamos fuera a las personas que forman parte de la comunidad LGBTTT+ e incluso a hombres y mujeres estériles. 

Algunas personas, se preguntan el porqué de esta lucha, si los datos del matrimonio se encuentran a la baja y el alto índice de divorcios no son incentivo para las parejas a casarse; sin embargo, el matrimonio no sólo refleja el amor de las parejas, asegura y garantiza acceso a derechos humanos e incluso financieros.  

Se encuentran supeditados al matrimonio la posibilidad de proporcionar acceso a la seguridad social. Sin ese documento, no existe la posibilidad de compartir el seguro médico. A su vez, sin este trámite administrativo, no podrían acceder a un crédito hipotecario en conjunto. 

Por otro lado, las parejas homosexuales no podrían acceder a los bienes en caso de una sucesión, pues a pesar de que demostraran la relación y en su caso el concubinato, la inexistencia del matrimonio igualitario los deja fuera de este proceso. 

En este sentido, no sólo se trata la negación a una figura jurídica en “desuso”, desafortunadamente trae consigo la negación de acceso a otros derechos, que impacta incluso de manera económica a las personas que forman parte de la comunidad LGBTTT+.

Si bien en México existen ya 22 entidades federativas en donde se encuentra regulado el matrimonio igualitario, buscando los mismos derechos para todas las personas, sin importar con quién decidan casarse, aún se encuentran en la lucha 12 estados más de la república. 

Desafortunadamente, Zacatecas tiene una asignatura pendiente en esta materia, pues no ha sido posible regular el matrimonio igualitario, por lo que no se ha podido garantizar el acceso para todas las y los zacatecanos de derechos tan básicos como el de la salud, vivienda y sucesorios.  

La nueva legislatura del Congreso Estatal se enfrentará a esta deuda con las personas que forman parte de la comunidad, sin duda es uno de los grandes retos para el Poder Legislativo en Zacatecas. 

Si bien, no existe una norma jurídica estatal que permita el matrimonio igualitario, los municipios de Fresnillo, Cuauhtémoc y Miguel Auza han tomado acciones internas para permitir que parejas del mismo sexo contraigan matrimonio.

Sin duda, esto es un gran avance para Zacatecas. No obstante, es indispensable que en todo el Estado no se juzgue a las personas por de quiénes son.  

Amar no es un delito, ni un error que deba de castigarse con la discriminación y negación de derechos.  El matrimonio igualitario en Zacatecas debe ser una realidad que permita a todas y todos ejercer los mismos derechos sin obstáculos.  

En los próximos días las marchas del “Orgullo LGBT” se harán presente en las calles de todo el país, orgullosos de quiénes son, orgullosos de a quiénes aman y orgullosos de su lucha por la igualdad, porque también forma parte de las acciones por un México igualitario. 

21 de junio de 2021, 

M.F. María del Carmen Salinas Flores.