Desaparecidos en México, la otra pandemia

Ciudad de México.

En México 90,148 personas están en calidad de desaparecidas o no localizadas. Muchas podrían estar en los Servicios Médicos Forenses que reportan más de 30,000 cuerpos sin identificar.

Además del coronavirus, México padece de otra pandemia: la desaparición de personas. En el país 90,148 personas están desaparecidas y no localizadas. Una cifra que se ha venido acumulando desde 1964.

En tres sexenios, ocurrieron el 81% de las desapariciones de las registradas entre el 15 de marzo de 1964 al 2 de agosto de 2021.

Desde que inició la llamada “guerra contra el narcotráfico”en el gobierno de Felipe Calderón, los números de personas desaparecidas y no localizadas aumentaron significativamente. Desde el arranque de su sexenio el 1 de diciembre de 2006, y hasta el pasado 31 de julio, se desconoce el paradero de 73,755 personas.

Muchas de estas personas desaparecidas o no localizadas, podrían estar en los Servicios Médicos Forenses, los cuales reportan más de 30,000 cuerpos sin identificar.

Los estados de Jalisco, Tamaulipas, el Estado de México, Veracruz y Nuevo León son los que concentran el 70.7% de personas desaparecidas y no localizadas.

En una de esas entidades, Sonora, desapareció Marco Antonio Sauceda Rocha el 4 de mayo de 2019, quien fue privado de su libertad por hombres armados.

La desaparición del joven no fue la única que marcó a su familia. Cuatro años antes, otro de sus hermanos, Alejandro, también desapareció. Para buscarlos por cada rincón de Sonora o cualquier otra entidad donde puedan estar, la madre de los jóvenes, Cecilia Patricia Flores Armenta, creó el colectivo Madres Buscadoras de Sonora.

En entrevista con Expansión Política, Flores Armenta afirma que ésta es la otra pandemia por la que atraviesa México y lamenta que para las autoridades, los desaparecidos sean solo números.

“El gobierno no es empático con lo que estamos sufriendo porque para ellos son números, son delincuentes, son vendedores de drogas, sicarios, nuestros desaparecidos. A ellos no les importa que vuelvan a casa, porque los ven como escoria de la sociedad, pero para las familias son nuestra vida entera, por eso luchamos”, asegura.

En la búsqueda de sus hijos, Cecilia Patricia ha recorrido decenas de terrenos, pero también recurre a las redes sociales para que cualquiera le informe del paradero de sus hijos.

Esta búsqueda también representa un riesgo para ella. Días después del asesinato de Aranza Ramos, quien buscaba a su esposo, a Cecilia la amenazaron de muerte. Sin embargo, dice que no se detendrá porque las autoridades estatales no están haciendo su trabajo.

“Hay cuerpos que los encuentran hasta con credenciales y no son capaces de notificar a la familia para que se hagan los estudios de compatibilidad de ADN y no lo hacen”, critica.

En los servicios forenses de los estados hay más de 30,000 cuerpos sin identificar, muchos de los cuales podrían ser de quienes han sido reportados como desaparecidos, de acuerdo con el estudio Desapariciones forzadas e involuntarias. Crisis institucional forense y respuestas colectivas frente a la búsqueda de personas desaparecidas, realizado por el Observatorio Nacional Ciudadano y la Fundación Friedrich Naumann.

“Los semefos están llenos de personas, de cuerpos que tienen características como clavos en caderas, brazos, tatuajes, pero las autoridades tapan esa información, entonces las familias no saben que su hijo está allí”, asegura Cecila Patricia Flores, quien ha recorrido decenas de semefos en busca de sus hijos.

El director general de la organización I(dh)eas, Juan Carlos Gutiérrez, asegura que los servicios médicos forenses atraviesan por una crisis y rebase de funciones.

“Se calcula que hay (alrededor de) 35,000 cuerpos que no han podido ser identificadas, es un número impresionante que requiere una inversión millonaria y una política de Estado eficiente, pero desde los estados porque esos cuerpos no están en el Semefo federal”, asegura.

Con información de Expansión Política