‘Canoa’ expone la historia de un injusto linchamiento en Puebla

Ciudad de México.

Felipe Cazals -quien falleció el sábado 16 de octubre a los 84 años-, fue uno de los directores y productores más prolíficos en la historia del cine mexicano. A través de sus películas, el guionista denunció las injusticias y se convirtió en un referente del cine social.

Entre sus más de 40 filmes, destaca Canoa, una de sus obras más importantes que se estrenó en la década de 1970.

El filme está basado en hechos reales y relata la historia de un cura que incita a un pueblo, ubicado en Puebla, a matar a unos jóvenes presentándolos como una amenaza comunista en 1968.

Canoa le valió un Oso de Plata en Berlín como premio especial del jurado y es quizá la película más célebre del cineasta mexicano.

Los trágicos acontecimientos tuvieron lugar la noche del 14 de septiembre de 1968 cuando una turba linchó a cinco trabajadores de la Universidad Autónoma de Puebla en la junta auxiliar de San Miguel Canoa.

Declarados culpables de un crimen que no cometieron, el grupo de jóvenes fueron víctimas de la furia desenfrenada y la violencia  de alrededor de dos mil habitantes que habían sido dirigidos por las falsas acusaciones del cura Meza Pérez.

“La absoluta verdad es que, en San Miguel Canoa, estado de Puebla, existía una serie de cosas que favorecía la violencia, con ello quiero decirte que el testimonio que aporta Canoa, memoria de un hecho vergonzoso se sustenta en una realidad prácticamente incuestionable”, señaló Felipe Cazals en una entrevista para Telediario.

En realidad los empleados realizaban una excursión cuyo destino era La Malinche -Parque Nacional localizado entre Tlaxcala y Puebla-; sin embargo, una tormenta los obligó a descansar en el pueblo, de donde jamás saldrían con vida.

Desde la parroquia de San Miguel, el padre Meza convenció a los pobladores a levantarse en armas en contra de los cinco jóvenes, a quienes acusó de enemigos, comunistas y de querer ondear una bandera rojinegra.

El guión de Canoa fue escrito por Tomás Pérez Turrent. La filmación duró sólo cuatro semanas y se llevó a cabo en Santa Rita Atahualpan, una comunidad que se parece en cierto sentido a San Miguel Canoa.

Felipe Cazals exigió a la producción y se aseguró de que todos los hechos recopilados en el filme fueran comprobados ya sea con documentación, notas periodísticas o testimonios.

“La película es en ese sentido es un ejemplo totalmente distinto dentro del cine mexicano y completé esta decisión filmando la película con la presencia de los sobrevivientes, de manera tal que con la dificultad que esto suponía, ellos me dijeran, me señalaran exactamente, cómo, de qué modo y cómo fueron los hechos conforme pasaban las horas”, dijo.

Con información de Milenio