Rinden homenaje póstumo a ‘La Mocosiana’
Texto: Crew Átomos
Fotos: Cortesía
Fresnillo, Zac.- El alcalde Saúl Monreal Ávila, a través del Instituto Municipal del Deporte (Inmude), ofreció un homenaje póstumo a Antonio Méndez Sosa “La Mocosiana”, quien en vida fuera un excelente deportista en diversas disciplinas, siempre sobresaliente y enfocado en enaltecer el nombre de El Mineral.
El evento se realizó en las instalaciones del Salón de la Fama Fresnillense, donde desde hace varios años en las paredes se muestra gran parte de su legado, pues fue entrenador de béisbol, fútbol, basquetbol, atletismo, por mencionar algunos, pero también llevó el nombre de Fresnillo en alto en estos deportes como atleta.
Monreal Ávila, se solidarizó con la familia del homenajeado a pocos días de su fallecimiento, además reconoció a quién dijo fue un gran maestro y quien dejó un gran legado, no sólo a sus 5 hijos, 15 nietos y 14 bisnietos, sino a todos quienes lo conocieron.
“Tuve la fortuna de convivir con él y darle un homenaje en vida, ahora estamos aquí recordándolo, fue un gran amigo y siempre su actitud positiva sobresalió ante cualquier situación, siempre estará presente entre nosotros y hoy hacemos este humilde homenaje de acuerdo a las normas sanitarias”, señaló el alcalde.
Finalmente, agradeció a su viuda, María de Jesús Padilla de Méndez y a sus hijos Adriana y Vicente Méndez Padilla, por ser parte de este homenaje, a quienes les entregó un reconocimiento por la trayectoria de “La Mocosiana”, como cariñosamente se le conocía.
Durante el homenaje se recordó que fue el pasado 25 de noviembre que a los 90 años dejó de existir Antonio Méndez Sosa. Nació el 5 de abril de 1930 siendo el último hijo del matrimonio formado por Juan Méndez y María Sosa: Ángela, Amada, Agripina, Manuel, además de Tomás, el célebre compositor vernáculo, Juan y Antonio. Se casó con María de Jesús Padilla Ruedas, tuvieron cinco hijos Claudia Mónica, Antonio, Vicente, Adriana y Alejandra.
Antonio Méndez, desde niño mostró sorprendente habilidad y aptitud deportiva, formando parte de equipos de futbol, básquetbol y béisbol, que jugaban en escuelas y campos improvisados en las orillas de la ciudad. Pronto ganó popularidad y amistades por su participación entusiasta en todos los deportes realizados en las calles y barrios del Laurel, Maravillas, Beleña, Huerfanita, Delicias, Colonia Esparza.
A los 16 años fue seleccionado estatal de béisbol que compitió en campeonato nacional en Durango. A los 17 años salió sorteado como conscripto interno, permaneciendo doce meses en servicio militar en la ciudad de México, ganando en su estancia dos torneos de box y resultando el mejor canastero en campeonato de básquetbol.
Después de un grave accidente en la empresa minera no se dio por vencido y continuó con acciones deportivas, no solamente como jugador sino también como entrenador, árbitro, organizador, administrador, anunciador y docente.
A los 40 años de edad ingresa a la carrera de Educación Física en la Secretaría de Educación, titulándose como Maestro y ejerciendo la profesión hasta jubilarse después de 30 años. De manera permanente siguió dando entrenamiento y fortaleciendo las ligas municipales.