Museo de Bellas Artes abre exposición de Modigliani
El Museo del Palacio de Bellas Artes reabre sus puertas al público con la esperada exposición “El París de Modigliani y sus contemporáneos”, integrada por 23 obras (13 pinturas y 10 dibujos) del nacido en Livorno en 1884 y de quien este año se conmemora el centenario luctuoso. Al menos cuatro de ellas son consideradas obras maestras.
La muestra se complementa con poco más de 140 piezas de 39 artistas de todas las procedencias que, como Modigliani, confluyeron en un París convertido a principios del siglo XX en epicentro de la creación mundial y desde donde se exportaron las vanguardias a todo el orbe. Y México no fue la excepción.
La muestra ha sido posible por la colaboración binacional entre el curador italiano Marc Restellini, uno de los destacados especialistas en Modigliani, encargado de la curaduría internacional, y Jaime Moreno Villarreal, curador de la sección mexicana.
La parte internacional presenta obras de artistas como Andre Derain, Suzanne Valadon, Maurice Utrillo y Chaim Soutine, entre otros creadores de la Escuela de París que encontraron en el barrio parisino de Montparnasse el lugar para la creación y la bohemia. En el lado mexicano se hacen presentes trabajos de Diego Rivera, Ángel Zárraga, Carlos Mérida y Santos Balmori, quienes entablaron amistad con Modigliani, así como una graciosa aparición de Frida Kahlo que más vale guardar para sorpresa del visitante.
“La exposición muestra cómo los puentes iconográficos entre estos artistas son evidentes y notables. Se podría decir que se trata de una exposición por cajones, porque, por sí misma, va contando decenas de historias en torno a Modigliani, con cuatro o cinco de las mejores pinturas que ejecutó”, dijo Marc Restellini.
En especial, la muestra enfatiza la relación de Modigliani con Diego Rivera, quien vivió en París entre 1911 y 1920 y quien tuvo como huésped al italiano en su estudio por varios meses. En ese tiempo, explicó Jaime Moreno Villarreal, Amedeo retrató a Diego en varias ocasiones. Uno de esos retratos está expuesto en la muestra.
El curador para la sección mexicana también se extendió en detalles sobre la relación con Zárraga, menos conocida, pero no por ello infructífera.
Cambios para el recorrido:
Instalación de interactivos con sensores de proximidad que permiten interactuar sin tocar.
Señalética que delimita las estaciones específicas por las que el público deberá circular.
Filtros de sanitización constantes, desde el ingreso al Palacio de Bellas Artes.
Filas con estaciones distantes antes del ingreso con las que se regulará la cantidad de visitantes.
Limitación de un máximo 170 visitas por hora (personas que cohabitan será consideradas como una visita).
Aproximadamente entre 1,000 y 1,200 personas podrán visitar la muestra cada día.
Los visitantes no podrán regresar a ver una obra que ya han dejado atrás.