En México hay 3.2 millones de niños y niñas trabajadores
Según las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) a 2017, en México existen 3.2 millones de menores de entre 5 y 17 años que trabajan; es decir, 11 por ciento de los 29 millones que se tienen contabilizados en toda la República.
Este 12 de junio se conmemora el Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, bajo el lema “Los niños no deberían de estar trabajando en el campo, sino en sus sueños”.
Respecto a las cifras de 2015, los números se incrementaron de manera considerable a la fecha, pues en ese entonces había 2.5 millones de niños, niñas y adolescentes que realizaban alguna actividad económica.
En materia de salud, 89.4 por ciento de los niños, niñas y adolescentes que trabajan, lo hacen en ocupaciones no permitidas, y más de 1 millón lo realizan en actividades peligrosas al estar expuestos a sustancias tóxicas, procesos peligrosos, largas jornadas laborales, deshidratación, transporte de cargas pesadas, entre otras.
De acuerdo con cifras oficiales, en Oaxaca hay 168 mil 535 niños en situación de trabajo infantil, lo que representa una tasa de 16 por ciento de niños trabajando, la mayoría en el campo.
En el caso de Veracruz son 141 mil 237 niños, que representa al 17 por ciento del total de niños de entre 5 y 17 años.
En las labores agrícolas, ganaderas, forestales, de caza y pesca se concentra más el trabajo infantil en México, con 30 por ciento del total, según las mediciones del organismo.
Es en las actividades agrícolas donde menos se respetan las regulaciones y los infantes acceden con mucha facilidad a estos puestos de trabajo, pues en algunos casos la mano infantil suele ser muy preciada.
Los datos del INEGI muestran que la tasa de trabajo infantil fue más alta en las áreas menos urbanizadas, con 13.6 por ciento, a diferencia de aquellas más urbanizadas, con 7.6 por ciento de los menores de 17 años de edad.
A pesar de que el trabajo infantil no esté permitido, en el país se reconoce que esta dinámica sigue presente principalmente en estados donde no se regula de manera estricta el trabajo agrícola y la labor de niñas, niños y adolescentes.
Tan solo el nueve por ciento de las y los menores que realizan algún trabajo en el campo han concluido sus estudios de educación primaria.
De esos, el 15 por ciento han terminado educación secundaria, además de continuar con su trabajo.