Adultos mayores y sus oportunidades en el sistema financiero.
Hoy conmemoramos de manera internacional el Día de las y los abuelos, seguramente vienen a su mente recuerdos de ellas y ellos enseñándoles algún juego, alguna canción, anécdotas que nos llenan el corazón de alegría, por un momento podemos regresar a nuestra infancia, ahora quienes tenemos la oportunidad de ver a nuestros padres ser las y los mejores abuelos de nuestros hijos conocemos esa relación desde otra perspectiva.
Las y los abuelos también fungen como parte de la red de apoyo para la crianza de las nuevas generaciones, son esenciales para muchas mujeres que deciden apostar por su crecimiento personal, proyectar negocios, seguir sus estudios, son cientos de infinidades en los que las y los abuelos retoman la crianza y se convierten en ejes centrales de familias.
En este sentido, como pilares de muchos hogares es indispensable contar con infraestructura para garantizarles una vida digna, asimismo, incluirlos dentro del sistema financiero para evitar el empobrecimiento de la población de más de 65 años, que de acuerdo con el CONEVAL 41% de este grupo vive en condiciones de pobreza.
Las estadísticas del Banco Interamericano establecen que para 2030 la población con más de 65 años aumentará 55%, es decir más de 14 millones de mexicanos serán adultos mayores, el Estado deberá de establecer medidas para que dentro de su estructura puedan cubrirse las necesidades especiales de esta población.
De estos datos podemos obtener dos grandes retos para el Gobierno Mexicano, el primero es crear condiciones idóneas para disminuir el porcentaje de adultos mayores en condiciones de pobreza, y el segundo contar con un sistema financiero accesible y flexible para su integración.
Sobre el primer punto, es indispensable robustecer el sistema de pensiones, mismas que deben ser idóneas no solo para sobrevivir, sino que garanticen una buena calidad de vida a esta población, de acuerdo con el CONEVAL 6 de cada 10 hombres reciben una pensión, sin embargo, cuando se realiza el contraste con mujeres es abismalmente diferente, pues 77% de este grupo no recibe ninguna pensión.
Esta brecha de género debe abordarse y atenderse con profundidad, pues quienes históricamente se han encargado del trabajo doméstico no remunerado, ahora viven las consecuencias de ello sin ninguna pensión que les permita mantener su independencia financiera.
Si bien el Gobierno de México, ya se encuentra tomando medidas importantes para abordar este tema y atendiendo esta problemática, robustecer estos planes se convierte en indispensable proyectando que en 2030 contaremos con el doble de la población adulta mayor.
Es momento de comenzar a enrolar a más y más personas dentro de sistemas de seguridad social, pues es este uno de los grandes motivos por los que muchas personas pertenecientes al trabajo informal no tienen acceso a pensiones o por el contrario, a pesar de tenerlo existen acciones ilegales en las que con el objetivo de pagar menores impuestos se declara un sueldo menor y esto reduce el monto de las pensiones de las y los adultos mayores.
Por otro lado, el segundo gran reto es la accesibilidad y flexibilidad para el acceso al sistema financiero, con accesibilidad me refiero a todas aquellas barreras que impiden que los adultos mayores se acerquen a las instituciones financieras, principalmente los desafíos tecnológicos a los que se exponen, para muchos de nosotros parece sencillo realizar una transferencia desde nuestro celular, pero esto para las y los adultos mayores representan barreras para su acceso al sistema financiero.
Aquí me gustaría realizar una pausa, no es que se duden de las capacidades de las personas adultas mayores, al contrario, entendiendo que es prioridad que mantengan su independencia, es necesario que desde la banca o desde el Estado pueda brindarse asesoría para el uso de aplicaciones, cajeros automáticos, teléfonos inteligentes, seguridad bancaria, pues son ellos los que desafortunadamente sufren mayores fraudes bancarios.
Finalmente, por flexibilidad me refiero a aquellas barreras que son impuestas por el sistema financiero, en los que de acuerdo con la edad no son candidatos para préstamos, tarjetas bancarias, etc., incluso uno de los grandes retos será flexibilizar los seguros de gastos médicos mayores, pues con la edad se convierten en pólizas impagables para las y los adultos mayores.
Es aquí en donde tanto el Gobierno como la iniciativa privada deberán de trabajar en conjunto para poder integrar a las y los adultos mayores, pues el envejecimiento de nuestra población es un hecho impostergable.
Para cerrar estas líneas, extiendo una gran felicitación para todas y todos los abuelos, sin embargo, me gustaría hacer una mención especial para Lupita Flores, la mejor abuela que puede tener mi familia, gran ejemplo para sus nietos, su cómplice incondicional en travesuras, su hombro para sostenerlos en sus caídas y su impulso para las aventuras de vida. ¡Gracias!