Papa Francisco llega a Irak

Ciudad de México.– El papa Francisco llegó a Irak este viernes para instar a la reducida minoría cristiana a quedarse en el país y a ayudar a su reconstrucción tras años de guerra y persecución, ignorando la pandemia del nuevo coronavirus y las preocupaciones de seguridad en su primera visita papal a la nación.

El pontífice usó mascarilla durante todo el vuelo y la mantuvo para bajar las escaleras hasta la pista, donde fue recibido por dos niños, también con barbijo, vestidos con trajes tradicionales, pero las medidas sanitarias parecían más laxas en el interior del aeropuerto a pensar de la nueva ola de contagios en el país.

El ministro iraquí de Exteriores, Fuad Hussein, dijo que los iraquíes estaban ansiosos por recibir el “mensaje de paz y tolerancia” del pontífice, y describió su visita como un encuentro histórico entre el “minarete y las campanas”.

En la agenda para sus tres días en el país destaca la reunión privada del próximo sábado con el principal clérigo chií del país, el gran ayatolá Ali al-Sistani, una figura reconocida en Irak y más allá.

El avión del papa Francisco aterrizó en el aeropuerto de Bagdad poco antes de las 14:00 horas. Sobre la pista se desplegó una alfombra roja donde el primer ministro, Mustafa al-Kadhimi, esperaba para saludarlo. El papa cojeaba visiblemente en una señal de que su ciática, que le obligó a cancelar varios actos recientemente, podría estar molestándole.

Un coro, con la mayoría de sus integrantes sin mascarilla, entonó canciones mientras el pontífice y el primer ministro caminaban hacia la zona de recepción del aeropuerto. La gente deambulaba por el lugar sin cubrebocas y los dos mandatarios se quitaron los suyos al sentarse para su primera reunión, en la que no estuvieron a dos metros de distancia.

Cientos de personas esperaron en la carretera del aeropuerto con la esperanza de ver el aterrizaje del avión papal.

Los iraquíes estaban listos para darle la bienvenida al pontífice y a toda la atención mundial que generará su visita, con pancartas y carteles decorando el centro de la capital, Bagdad, y vallas publicitarias con la imagen del religioso y el lema “Todos somos hermanos”en la avenida principal.

En la plaza Tahrir, en el centro de la ciudad, se levantó un árbol con el emblema del Vaticano, mientras que a lo largo de las calles vacías se colocaron banderas iraquíes y vaticanas.