Arqueólogos descubren otro tramo de la vieja Carretera Panamericana
Durante la supervisión que realiza la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), de las obras de infraestructura y reordenamiento del Centro de Transferencia Modal (Cetram), Indios Verdes, en la Ciudad de México, arqueólogos de la institución registraron otro tramo de la Carretera Panamericana, la primera vía de su tipo en el país, que conectó a la Ciudad de México con Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Cabe recordar que hace un par de meses, este mismo equipo de especialistas de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH reportó una sección de esa antigua vía, en el lado oriente de la avenida Insurgentes Norte. Ahora, el hallazgo se repitió del lado poniente, dejando al descubierto una sección del carril de retorno hacía la capital mexicana.
El coordinador del salvamento arqueológico, Daniel Santos Hipólito, detalla que durante el seguimiento a los trabajos que se desarrollan para los sistemas de transporte Metrobús y Mexibús, se localizó un alineamiento de roca basáltica, similar al descubierto en la dirección opuesta, razón por la que se decidió extender la excavación.
De esta manera, se liberaron aproximadamente 40 metros de longitud del camino empedrado, el cual alcanza una anchura máxima de 4 metros, aunque esta extensión pudo ser mayor.
El arqueólogo a cargo de este frente de excavación, Miguel Ángel Luna Muñoz, refiere que la carretera se construyó con roca basáltica recubierta con grava negra, sobre la cual se colocó una carpeta asfáltica de 6 milímetros de grosor, de la que también se tiene evidencia.
Destaca que esta breve sección y la descubierta en septiembre pasado representan los únicos testimonios, conocidos hasta el momento, de un proyecto que el 1 de julio de 1936, inauguró oficialmente la circulación automotriz desde el Río Bravo hasta la capital mexicana, un viaje de 1,226 kilómetros que abriría nuevas rutas de intercambio comercial, económico y cultural con Estados Unidos.
Su apertura, en el gobierno de Lázaro Cárdenas, fue resultado de una década de trabajo e inversiones de hasta 65 millones de pesos, equivalentes a 17 millones de dólares de la época. Se trató del primer tramo de la que sería nombrada Carretera Panamericana, hoy en día una red de más de 40,000 kilómetros, que se extiende de Alaska hasta Buenos Aires, Argentina.
Un canal posiblemente virreinal
Paralelamente, en el paradero poniente Indios Verdes, la arqueóloga de la DSA, Guadalupe Padilla Alue, trabaja en la liberación y registro de un canal posiblemente de la época virreinal, de acuerdo con las primeras observaciones del investigador del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, Guillermo Acosta Ochoa, quien hace unos días tomó muestras de suelos para analizarlas y definir la antigüedad y función de esta obra hidráulica.
En esta zona del Cetram, indica el arqueólogo Daniel Santos Hipólito, se han localizado materiales vinculados con la ocupación de antiguos pueblos ribereños del Lago de Texcoco, como Tulan, Ticoman y Zacatenco. Como se reportó en su momento, se descubrió una fosa rellena de fragmentos de hueso humano y materiales cerámicos, muchos relacionados con la extracción de tequesquite, el cual se obtenía en tiempo de secas, al descender el nivel lacustre.
Este mismo tipo cerámico, denominado Lagos Impresión Textil, de la fase Azteca II (1299 y 1403 d.C.), se ha reconocido en el desazolve del canal hallado.
Santos Hipólito concluye que el acompañamiento arqueológico en las áreas impactadas por la modernización del Cetram Indios Verdes, hasta los primeros meses de 2023, permitirá definir cuándo se establecieron los primeros asentamientos en la ribera del lago, el desarrollo de estas sociedades y su relación con el entorno, además de comprender los cambios sociohistóricos de esta área al norte de la capital del país.