La historia detrás de los números de emergencia

Por: Andrea Alejandra Villegas

Hoy en día, los números de emergencia juegan un papel primordial en la vida de todos. Se trata de un sistema que ayuda cuando se está más vulnerable, cuando ronda el peligro, cuando se necesita de alguien que acuda pronto.

Hablamos de una tecnología que permite que las personas se conecten con quienes puedan responder a los gritos de ayuda de quien más lo necesite.

Es un invento que a primera instancia parece tan obviamente útil, que siempre ha estado ahí, al alcance de todos. Pero como todas las cosas tienen un por qué, aquí desglosaremos la historia de los números que han salvado vidas alrededor del mundo.

Londres, 1937

La historia comienza un 10 de noviembre de 1935 en la calle Wimpole Street, número 27, “una de las calles más augustas de Londres”, según escritos de Virginia Woolf.

Muy temprano, vecinos de la calle observaron que salía humo de un edificio, se trataba de la casa del cirujano, Philip Franklin. Muchos gritaban ¡Fuego! para alertar a los bomberos que solían estar en varios puntos de la ciudad.

Al mismo tiempo, el dentista Norman Macdonald, vecino del cirujano Puhilp, empezó a marcar el número 0 en el teléfono de su casa para comunicarse con la operadora y pedirle que llamara a los bomberos, sin embargo y tras repetidas ocasiones, nadie le contestó.

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Los bomberos lograron llegar al siniestro gracias a los gritos de la gente que buscaba alertar y ayudar, pero lamentablemente cuando llegaron ya era tarde. El incendio, se había cobrado 5 víctimas: la esposa del doctor, su sobrina y tres empleadas, una de ellas, menor de edad.

Al día siguiente, The Times publicó una carta enviada por el dentista a quien no atendieron, quejándose de que la operadora no atendió nunca su llamado. Sin embargo, en ese entonces, no poseían ninguna forma de distinguir cuál de todas las llamadas eran de prioridad urgente, ya que todas sonaban igual.

A raíz de esta queja, un año después, la Oficina de Correos ideó un plan que consistió en crear un número exclusivamente para solventar futuras emergencias, la propuesta era concretar un número que tuviera tres cifras iguales, y que al marcar a este nuevo dígito, se encendiera una luz roja para que los telefonistas supieran que se trataba de una emergencia.

Así, el 30 de junio de 1937 la ciudad de Londres vio nacer el primer número de emergencias en la historia, el 999. El cual fue sugerido por ser uno de los números que estaban al principio o al final del disco de marcar, ya que así sería fácil de encontrarse al tacto, en caso de estar en una situación en la que no pudiera verse bien lo que se digitaba en el teléfono.

Hoy en día

Este sistema fue extendido a todas las grandes ciudades del reino después de la Segunda Guerra Mundial, y a todo el país en 1976. De esta manera, numerosos países adoptaron la misma idea, pero con otros números. Notablemente el 911 que se usa en muchos países de América, y el 112 que se utiliza en los países de la Unión Europea.